La actual crisis derivada de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de todas las personas y la forma intempestiva en que pueden cambiar las condiciones de vida a las que estamos acostumbrados.
Al mismo tiempo ha representado un hito en cuanto al cambio de necesidades, ahora los cubrebocas y los productos sanitizantes se han convertido en artículos esenciales; y sobre todo, se hace patente la necesidad de protegernos y proteger a nuestras familias de todas las formas posibles, en este caso me enfocaré en la importancia de contar con un respaldo económico para nuestras familias y seres queridos en caso de que, por cualquier razón, perdamos la vida.
A pesar de la importancia de contar con esta protección, se calcula que el 80% de las personas en México no cuentan con un seguro de vida[1], lo que significa que, en caso de fallecimiento, sus familias enfrentarán, además de la pérdida del ser querido, un desajuste económico que puede afectar sus planes y limitar su futuro, particularmente cuando hablamos de jefes o jefas de familia.
Relacionando este dato con la cifra de fallecimientos por COVID en México, de las 48,012 defunciones reportadas hasta hoy[2], sólo 9,602 personas contarían con un seguro de vida; es decir, 38,410 familias no sólo perdieron a un ser querido, además deben hacer frente a esta situación sin tener ningún apoyo económico que los ayude a mantener su nivel de vida.
Es particularmente dramático el caso de las niñas, niños y adolescentes que pierden a su padre, madre o a ambos, producto de esta emergencia sanitaria. Recientemente el gobierno de la Ciudad de México amplió el programa de becas “Leona Vicario” para que todas las personas menores de 18 años que hayan perdido a su padre o madre por COVID puedan recibir un apoyo mensual de $832 pesos hasta que sean mayores de edad[3], y aunque sin duda es un avance importante en materia de protección social surge la pregunta: ¿será suficiente para que las niñas y niños garanticen su educación y una vida sin carencias?
Ante este panorama es que se hace indispensable y necesario que todos contemos con un seguro de vida que permita a nuestras familias mantener sus condiciones y proyectos de vida aún en nuestra ausencia. Una de las razones por las que mucha gente se rehúsa a contratar un plan de protección es porque piensa que sólo será útil en caso de su fallecimiento, cuando la realidad es que, la mayoría de los seguros de vida, cuentan con cobertura de invalidez, y además existen planes de protección con ahorro para el retiro, ahorro a mediano o largo plazo, ahorro para garantizar la educación universitaria de los hijos y que ofrecen múltiples beneficios.
Por todo lo anterior es que la protección se posiciona como una de las mayores prioridades de cualquier persona, y se convierte por completo en una necesidad que refleja el respeto y amor que tenemos hacia nuestras familias y seres queridos.
[1] NOTIMEX (2019), “Sin seguro de vida, 8 de cada 10 mexicanos” publicada en El Economista el 07 de mayo de 2019, disponible en https://www.eleconomista.com.mx/finanzaspersonales/Sin-seguro-de-vida-ocho-de-cada-10-mexicanos-20190507-0141.html. Última consulta: 04 de agosto de 2020 a las 00:25 horas.
[2] CONACYT (2020), “Covid-19 México. Información General”, disponible en https://coronavirus.gob.mx/datos/. Última consulta: 04 de agosto de 2020 a las 00:27 horas.
[3] DIF-CDMX (2020), “Abre DIF registro para becas “Leona Vicario” para niñas, niños y adolescentes que perdieron a sus padres por Covid-19”, disponible en https://www.dif.cdmx.gob.mx/comunicacion/nota/el-dif-ciudad-de-mexico-abre-registro-al-programa-beca-leona-vicario-ninas-ninos-y-adolescentes-que-perdieron-su-madre-yo-padre-por-covid-19. Última consulta: 04 de agosto de 2020 a las 00:29 horas.
Buenísimo el post. Un cordial saludo.